Parashat Tazriá פָּרָשַׁת תַּזְרִיעַ
Vaikrá/Lev. 12:1-13:59
Enseñanzas de H’ Rekhavi:
Tzaraat la plaga misteriosa: un castigo directo de YHWH enviado como amonestación a los afligidos. Contraer la marca de tzaruá* trajo consigo ramificaciones y consecuencias físicas, sociales y psicológicas; además de problemas de pureza. En realidad, tzaraat era una dolencia espiritual que tenía manifestaciones físicas, y no al revés. Dado que tzaraat volvía impuro al afligido, el metzorá, al estar en estado de impureza, necesitaba ser separado de la población general; estableciendo residencia fuera de la ciudad. Los metzorá vivían con ropas rasgadas, el cabello sin cortar ni peinar, el labio superior cubierto y gritaban «¡impuro, impuro!» cuando se alejaban de la morada de quienes portaban la marca de tzaruá. Además, estaba la vergüenza: todos sabían que la marca de tzaruá era una aflicción enviada como castigo por YHWH. Así, la marca de tzaruá se convierte, por su propia naturaleza, en lo que se supone que debe ser: un estigma social, una insignia de humillación a la vista de todos.
¿Te imaginas el remordimiento que la metzorá eventualmente llegaría a sentir debido a su difícil situación? ¡Sin duda sería suficiente tormento para llevar incluso al individuo más testarudo a la reflexión interior y, por lo tanto, al arrepentimiento!
Entonces, ¿te imaginas la vergüenza y la degradación que sentirías si te hubieran diagnosticado erróneamente tzaraat?
Nadie quiere ser diagnosticado erróneamente por un curandero, médico u otro profesional de la salud incompetente que confunde una dolencia física con la marca de tzaruá. Por lo tanto, al ser una enfermedad espiritual, el diagnóstico de tzaraat recaía bajo la jurisdicción del kohen, y no del profesional de la salud. El kohen estaba meticulosamente entrenado en el diagnóstico de tzaraat; de hecho, la Torá incluso nos da un ejemplo de dónde una dolencia física podría haberse confundido con tzaraat. En Levítico 13:13 se nos presenta el caso de una persona cuyo cuerpo entero ha sido invadido por tzaraat, condición que resulta en su pureza. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿por qué una cobertura parcial del cuerpo con tzaraat causa impureza, mientras que una cobertura completa la purifica?
Levítico 13:13 describe una despigmentación de la piel en la mayor parte del cuerpo. La dolencia física que más se corresponde con estos síntomas es el vitíligo (leucodermia adquirida), en la cual algunas zonas de la piel pierden su color normal y se vuelven blancas. La condición se debe a una simple pérdida de pigmento en la piel, y salvo la presencia de manchas blancas, la piel es normal; esto justifica que el kohen la declare pura. Sin embargo, si la persona con vitíligo desarrolla carne viva sobre las manchas blancas después de ser declarada pura por el kohen, se sospecha que ha desarrollado tzaraat. Por lo tanto, Levítico 13:13 le indica al kohen cómo diferenciar entre vitíligo y tzaraat, además de informarle que el vitíligo no hace impuro a nadie.
Hoy en día, el tzaraat ya no se envía como un castigo divino; dependemos de la Gloria de YHWH que mora entre nosotros: ¡sin Templo, no hay tzaraat! Por lo tanto, el tzaraat, al igual que los diversos tipos de sacrificios, no tiene relevancia en un mundo sin Templo y sin kohanim en funcionamiento. Sin embargo, haríamos bien en recordar una de las lecciones que transmite la marca de tzaruá: cuanto más cerca estemos, tanto física como espiritualmente, de la Gloria de YHWH, más graves serán las consecuencias si nos equivocamos.
La historia del pueblo judío ha sido una historia de castigo divino, seguido de perdón divino, todo debido a que, como pueblo, aún no hemos atendido a nuestro verdadero llamado. ¿Acaso el Galut [Exilio] no ha sido como la marca de la tzaruá sobre nosotros? Nos obligaron a usar ropa e insignias distintivas, ubicados en guetos alejados de las zonas residenciales de los lugareños. Como nación, recibimos la Verdad en el Monte Sinaí por YHWH, el creador y dueño del universo, pues YHWH entregó la Torá a Israel con la intención de convertirnos en «un reino de sacerdotes y una nación santa» (Éxodo 19:6). Al ser un reino de sacerdotes y una nación santa, nos convertimos en «luz para las naciones» (Isaías 42:6). El destino de YHWH para Israel es simple; abracémoslo.
*Tzaruá: comúnmente traducido como lepra. (nota del traductor)
Karaite Jews of América (). Parashat Tazriá. Enseñanzas de Hakham Rekhavi. https://www.karaites.org/tazria.html