La verdad acerca de los Noajidas

La verdad acerca de los Noajidas

¿De dónde viene la doctrina del noajismo?, ¿Será cierto que un no-judío solo tiene que seguir 7 leyes?, ¿Es una herejía el noajismo?, ¿Será cierto que un no-judío no puede guardar shabat?, ¿Un no-judío puede comer animales impuros?

 

Por Eliyahu ben Avraham

 

Todos estamos de acuerdo en que el pueblo de Israel está obligado a guardar la Torá porque hay un convenio de por medio, también sabemos que al guardar los preceptos de la Torá se reciben bendiciones en esta vida y en la próxima se hereda la vida eterna, como dice el Tehilim/Salmo 37:29: “los justos heredarán la tierra y habitarán para siempre sobre ella.”. Aunque algunos hermanos dicen que no habrá vida eterna, solo una vida larga, pero si recordamos el relato de Adam y Java, podemos ver que al comer del árbol de la vida, la primera pareja humana habría tenido vida eterna. (Bereshit/Génesis 3:22). Entonces, hay fundamento para pensar que el plan de YHWH era que el ser humano tuviese vida eterna en una tierra paradisíaca.

 

¿Dónde se origina la doctrina noajida?

Regresando al tema de este estudio, se sabe que la falsa doctrina conocida como “noajismo”, se origina en comentarios del Talmud, y no en la Torá. La Torá no dice en ningún lugar que un grupo de personas esté autorizada a seguir solo siete leyes, la Torá tampoco enseña en ningún lugar que hayan siete leyes para los no-judíos. 

De hecho, el Talmud dice que si un gentil estudia Torá merece la pena muerte por lapidación (Sanhedrin 59a.3), el Talmud también prohíbe que un no-judío observe shabat, pudiendo aplicarse pena de muerte al no-judío que observe el día de reposo (Sanhedrin 58b.25), es evidente entonces, que el Talmud contradice a la Torá y a los profetas, porque la Torá enseña que los extranjeros que estaban con Israel en el desierto tenían que aprender los preceptos y ponerlos por obra.

“Harás congregar al pueblo, varones y mujeres y niños, y tus extranjeros que estuvieren en tus ciudades, para que oigan y aprendan, y teman a YHWH vuestro Dios, y cuiden de poner por obra todas las palabras de esta ley.” (Devarim/Deuteronomio 31:12)

Además, dice el profeta Ieshaiá que los extranjeros que guarden los días de reposo tendrán bendición, y sus ofrendas serán aceptadas.

“Y a los hijos de los extranjeros que se allegaren a YHWH para ministrarle, y que amaren el nombre de YHWH para ser sus siervos: a todos los que guardaren el shabat de profanarlo, y abrazaren mi pacto, Yo los llevaré al monte de mi santidad, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa, casa de oración será llamada de todos los pueblos.”. (Ieshaiá/Isaías 56:6-7)

 

Los extranjeros no son conversos.

El judaísmo rabínico enseña que el extranjero/ger es un converso, pero la Torá enseña que el ger es un incircunciso, así que es imposible que sea un convertido (Shemot/Éxodo 12:48).

Y este versículo de la Torá ha sido malinterpretado por algunas personas, las cuales piensan que al circuncidarse se convierten en israelitas automáticamente, si esto fuera cierto, todos los operados por fimosis serían israelitas, lo cual es absurdo. A ese razonamiento absurdo lo he llamado la herejía de la auto-conversión.

Entonces, podemos comprender que los extranjeros que vivían con los hijos de Israel, respetaban los preceptos de la Torá. Aunque es cierto, que existen algunas diferencias, como la prohibición del extranjero de comer cordero de Pesaj (Shemot/Éxodo 12:48), y la usura en los prestamos (Devarim/Deuteronomio 23:20), si los extranjeros fueran conversos, no habrían diferencias entre los extranjeros y los hijos de Israel.

 

Unirse al pueblo de Israel.

Para unirse al pueblo de Israel se requiere que el extranjero aprenda los preceptos de la Torá (Devarim/Deuteronomio 31:12), para esto existe hoy un curso de conversión dictado por la Universidad Judía Caraíta KJU, si es varón debe circuncidarse él y todos los varones de su hogar (Bereshit/Génesis 17:12), además, debe realizar un juramento ante testigos del pueblo de Israel (Shemot Éxodo 24:7; Rut 1:16).

Si una persona no-judía está guardando la Torá, pero no ha hecho el juramento de conversión ante testigos del pueblo de Israel, no es judío, es un extranjero [Ger] que guarda los mandamientos, o un extranjero justo.

No se sienta mal si usted no es judío(a), no olvide que el objetivo es guardar la Torá, eso es lo que YHWH espera de nosotros, es el camino que debe regir nuestra vida y nuestra conducta.

 

El noajismo es una religión inventada en el Talmud.

El Eterno no hizo un pacto con Noaj solamente, más bien hizo un convenio con todos los seres vivos del planeta, incluidas las aves, los animales y las bestias (Bereshit/Génesis 9:10), el pacto se refiere a que no volvería a destruir a todo ser vivo que habita sobre la tierra, y no tiene ninguna relación con inventar una religión para los no-judíos, ya que el único camino para acercarse al Creador es la Torá.

Noaj sabía que animales eran puros y cuales eran impuros (Bereshit/Génesis 8:20), porque ese conocimiento fue revelado a él o tal vez había sido entregado desde el principio, recuerde que Adam y Java podían diferenciar el bien del mal (Génesis/Bereshit 3:22). Muchos de los preceptos de la Torá existían desde el principio, por este motivo Avraham conocía el precepto, los estatutos, los decretos y las leyes (Bereshit/Génesis 26:5).

 

¿Deben los extranjeros guardar la Torá?

Hay bastante evidencia en la Torá de que los extranjeros que buscan a YHWH deben guardar la Torá, pero no hay ninguna evidencia de que un extranjero solo tenga que seguir siete leyes.

El judaísmo caraíta enseña que la Torá es para todo el mundo, y que la obediencia a los preceptos no debe limitarse al pueblo de Israel, así como en la antigüedad habían extranjeros incircuncisos que seguían los mandamientos, hoy en día también los hay.

 

Veamos algunas Escrituras:

 

El extranjero debe guardar el día shabat.

«Mas el séptimo día será reposo para YHVH tu Dios: no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas» (Shemot/Éxodo 20:10)

«Seis días harás tus negocios, y al séptimo día reposaras, a fin que descanse tu buey y tu asno, y tome refrigerio el hijo de tu sierva, y el extranjero.» (Shemot/Éxodo 23:12)

 

El extranjero debe respetar la fiesta de panes sin leudar.

«Por siete días no se hallará levadura en vuestras casas, porque cualquiera que comiere leudado, así extranjero como natural del país, aquella alma será apartada de la congregación de Israel.» (Shemot/Éxodo 12:19)

 

El extranjero debe observar Iom Kippur.

«Y esto tendréis por estatuto perpetuo: En el mes séptimo, a los diez del mes, afligiréis vuestras almas, y ninguna obra haréis, ni el natural ni el extranjero que peregrina entre vosotros» (Vaikrá/Levítico 16:29)

 

El extranjero no debe consumir sangre.

«Por tanto, he dicho a los hijos de Israel: Ninguna persona de vosotros comerá sangre, ni el extranjero que peregrina entre vosotros comerá sangre.» (Vaikrá/Levítico 17:12)

 

El extranjero podía presentar ofrendas animales en el Templo.

«Les dirás también: Cualquier varón de la casa de Israel, o de los extranjeros que peregrinan entre vosotros, que ofreciere holocausto o sacrificio» (Vaikrá/Levítico 17:8)

Y recordemos que para ofrecer una ofrenda animal había que estar ritualmente puro, entonces, los extranjeros tenían que seguir todas las leyes de purificación (Bamidbar/Números 19:20)

 

Los extranjeros deben comer animales puros.

«Y cualquier varón de los hijos de Israel, o de los extranjeros que peregrinan entre ellos, que cogiere caza de animal o de ave QUE SEA PERMITIDO COMER, derramará su sangre y la cubrirá con tierra» (Vaikrá/Levítico 17:13)

Cuando la Escritura dice «de animal o de ave que sea permitido comer», se refiere al tipo de animal, es decir, deben ser animales puros, de lo contrario no está permitido comerlos. También se reitera la prohibición del consumo de sangre al extranjero.

 

Los extranjeros no deben comer mortecinos ni animales despedazados por fieras.

«Y cualquiera persona que comiere cosa mortecina o despedazada por fiera, así de los naturales como de los extranjeros, lavará sus vestidos y a sí mismo se lavará con agua, y será impuro hasta la tarde; y se limpiará.» (Vaikrá/Levítico 17:15)

Acá vemos que los extranjeros tenían que purificarse con agua, es decir, tenían que seguir la leyes de purificación, por lo tanto, un extranjero tampoco puede comer animales impuros, sino la Torá no diría que se purifiquen después de impurificarse.

 

Los extranjeros deben guardar leyes de moralidad sexual.

«Guardad, pues, vosotros mis estatutos y mis derechos, y no hagáis ninguna de todas estas abominaciones: ni el natural ni el extranjero que peregrina entre vosotros.» (Vaikrá/Levítico 18:26)

 

Los extranjeros no pueden blasfemar el nombre sagrado.

«Y el que blasfemare el nombre de YHVH, ha de ser muerto; toda la congregación lo apedreará: así el extranjero como el natural, si blasfemare el Nombre, que muera.» (Vaikrá/Levítico 24:16)

 

El extranjero debe guardar la fiesta de Shavuot.

«Y te alegrarás delante de YHVH tu Dios, tú, y tu hijo, y tu hija, y tu siervo, y tu sierva, y el Levita que estuviere en tus ciudades, y el extranjero, y el huérfano, y la viuda, que estuvieren en medio de ti, en el lugar que YHVH tu Dios hubiere escogido para hacer habitar allí su nombre.» (Devarim/Deuteronomio 16:11)

 

Los extranjeros deben guardar la Torá.

«Harás congregar el pueblo, varones y mujeres y niños, y tus extranjeros que estuvieren en tus ciudades, para que oigan y aprendan, y teman a YHVH vuestro Dios, y CUIDEN DE PONER POR OBRA TODAS LAS PALABRAS DE ESTA TORÁ.» (Devarim/Deuteronomio 31:12)

¿Qué entiende usted de este texto cuando dice que el pueblo [de Israel] y los extranjeros cuiden de poner por obras todas las palabras de esta Torá?

 

En Devarim/Deuteronomio 14:21 se menciona al extranjero como alguien que puede comer animales mortecinos, es decir, animales que han muerto por causas naturales, pero en Vaikrá/Levítico 17:15 se ordena al extranjero purificarse si es que se llega a contaminar con animales mortecinos, entonces, ¿el extranjero puede o no puede comer animales mortecinos?, pues, si puede, pero se contamina. 

Pues, no es lo mismo un extranjero rebelde, que un extranjero justo que teme a YHWH, un extranjero fiel al Creador debe evitar contaminarse, debe guardar los preceptos de la Torá, como ya ha sido demostrado previamente.

 

Entonces, la conclusión es que la Torá es para todas las personas que quieran servir al Creador: YHWH.

No hay recompensa sin guardar los mandamientos, no hay recompensa sin seguir la Torá, si usted quiere acercarse a YHWH, recibir bendición y heredar la tierra, debe guardar la Torá.

«Y a los hijos de los extranjeros que se allegaren a YHVH para ministrarle, y que amaren el nombre de YHVH para ser sus siervos: a todos los que guardaren el shabat de profanarlo, y abrazaren mi pacto, Yo los llevaré al monte de mi santidad, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa, casa de oración será llamada de todos los pueblos.» (Ieshaiá/Isaías 56:6-7)

«Y será que, si cuidadosamente aprendieren los caminos de mi pueblo, para jurar en mi nombre, diciendo, Vive YHVH, así como enseñaron a mi pueblo a jurar por Baal; ellos serán prosperados en medio de mi pueblo.» (Irmiá/Jeremías 12:16)